Mika hereda las marionetas de su abuelo, con las que entretiene a otros niños logrando que olviden las miserias del gueto de Varsovia. Para sobrevivir, pronto se verá obligado a hacerlo con los soldados y así sobrevive. Cuando se libera el gueto, una de las marionetas pasa a manos del soldado nazi Max y llega con él a Siberia, salvándolo de la misma manera que lo hiciera con Mika.
La nieta de Max heredará la marionetas después de la muerte de su padre. Años después la llevará a Nueva York, donde se encontrará con Mika en su lecho de muerte.
Aunque lo parezca, no es una novela más sobre la Segunda Guerra Mundial. Esta novela es diferente, y me atrevería a decir que de lo mejorcito que he leído últimamente.
Muy dura pero a la vez muy emotiva, todos los personajes que aparecen en ella tienen una carga emocional impresionante.
Es un libro fácil de leer pero tiene una fuerza que provoca sentimientos, es de los que llegan al corazón. Sin dudarlo recomiendo esta novela a todos los amantes de la lectura.
Es la primera novela de Eva Weaver. Esta autora promete.
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